(UNAH)
Facultad de ciencias
jurídicas
“justicia retributiva y reparadora”
“Derechos del imputado”
Asignatura: Derecho
Procesal Penal.
Catedrático: Jorge
Burgos.
Sección: 1700 Hora: 5-6 pm
Nombre: Marlon Daniel
Urbina Gaitán.
# De cuenta: 2011 100
4214.
Ciudad Universitaria,
Tegucigalpa M.D.C; jueves, 05 de noviembre de 2015.
1. Justicia retributiva
Justicia retributiva o retribucionismo
es una teoría de la justicia -y más en concreto una teoría de la pena- que
sostiene que la retribución proporcional es una respuesta moralmente aceptable
a la falta o crimen, independientemente de que esta medida produzca o no
beneficios y/o perjuicios tangibles.
La justicia y derecho, el "principio de
proporcionalidad de la pena afirma que la severidad de la pena debe ser
razonable y proporcional a la gravedad de la infracción. El concepto está
presente en la mayoría de las culturas del mundo. Por ejemplo, en la ley de
Moisés, específicamente dentro del Deuteronomio 19:17-21, que mide tal
retribución de "vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por
mano, pie por pie" (en suma, "medida por medida"). Sin embargo,
el principio de proporcionalidad de la pena no necesariamente exige que el
cumplimiento sea equivalente a la falta, como en la anterior Ley del Talión
Los filósofos del derecho penal han contrastado el
retribucionismo con el utilitarismo. Para los utilitaristas, la pena tiene una
finalidad teleológica, justificada por su capacidad para alcanzar beneficios
futuros, por ejemplo la reducción de los índices de criminalidad, o
prevencionismo. Para los retribucionistas, en cambio, la pena tiene un carácter
retrospectivo, acorde con la conducta criminal del pasado en la retribución, y
estrictamente destinado a sancionar de acuerdo con la gravedad de dicha
conducta. La gravedad de la conducta criminal puede distinguir, según los
retribucionistas, por el nivel de daño causado, la cantidad de ventaja
injustamente adquirida o por el "desequilibrio moral" provocado bajo
el sustento de que se ha cometido un crimen".
Subtipos.
Existen dos ex-clases de justicia retributiva: la
versión clásica que afirma que la medida retributiva debe ser proporcional a la
cantidad del daño causado por la ofensa. Una versión más reciente reemplaza la
idea anterior con la afirmación de que la medida retributiva deba ser
proporcional a la cantidad de ventaja injusta obtenida por el criminal.
2.
Justicia restaurativa.
La justicia restaurativa o justicia reparadora es una
teoría, a la vez que un movimiento social de carácter internacional de reforma
a la justicia penal, que plantea que el crimen o delito es fundamentalmente un
daño en contra de una persona concreta y de las relaciones interpersonales, a
diferencia de la justicia penal convencional de carácter retributiva, que
plantea que el delito es una lesión de una norma jurídica, en donde la víctima
principal es el Estado.
En la justicia restaurativa la víctima concreta juega
un papel fundamental y puede beneficiarse de una forma de restitución o
reparación a cargo del responsable o autor del delito (también se habla del
"ofensor" como concepto alternativo al de "delincuente"
pues la justicia restaurativa evita estigmatizar a la persona que ha cometido
un delito).
Definición y
características.
La justicia restaurativa toma diferentes formas,
existiendo una variedad de programas y prácticas, pero todos estos sistemas y
prácticas comparten principios comunes. Según este enfoque, las víctimas de un
crimen deben tener la oportunidad de expresar libremente, y en un ambiente
seguro y de respeto, el impacto que el delito ha tenido en sus vidas, recibir
respuestas a las preguntas fundamentales que surgen de la experiencia de
victimización, y participar en la decisión acerca de cómo el ofensor deberá reparar
el mal causado.
Según Van Ness y Strong, son valores centrales de la
justicia restaurativa:
·
El Encuentro: consiste en el encuentro personal y directo
entre la víctima, el autor u ofensor y/u otras personas que puedan servir de
apoyo a las partes y que constituyen sus comunidades de cuidado o afecto.
·
La Reparación: Es la respuesta que la justicia restaurativa
da al delito. Puede consistir en restitución o devolución de la cosa, pago
monetario, o trabajo en beneficio de la víctima o de la comunidad. La
reparación debe ir primero en beneficio de la víctima concreta y real, y luego,
dependiendo de las circunstancias, puede beneficiar a víctimas secundarias y a
la comunidad.
·
La Reintegración: Se refiere a la reintegración tanto de la
víctima como del ofensor en la comunidad. Significa no sólo tolerar la
presencia de la persona en el seno de la comunidad sino que, más aún,
contribuir a su reingreso como una persona integral, cooperadora y productiva.
·
La Participación o inclusión: Consiste en regalar a las partes
(víctimas, ofensores y eventualmente, la comunidad), la oportunidad para
involucrarse de manera directa y completa en todas las etapas de encuentro,
reparación y reintegración. Requiere de procesos que transformen la inclusión
de las partes en algo relevante y valioso, y que aumenten las posibilidades de
que dicha participación sea voluntaria.
Una definición generalmente aceptada de justicia
restaurativa es aquélla proporcionada por Tony Marshall: "la justicia
restaurativa es un proceso a través del cual las partes o personas que se han
visto involucradas y/o que poseen un interés en un delito en particular,
resuelven de manera colectiva la manera de lidiar con las consecuencias
inmediatas de éste y sus repercusiones para el futuro".
Programas y prácticas.
La diversidad de prácticas y programas restaurativos
incluyen, entre otros, a los Programas de Reconciliación Víctima y Ofensor o
VORP desarrollados principalmente en Estados Unidos y Canadá, la Mediación
Penal desarrollada en Europa, las Conferencias del Grupo Familiar de Nueva
Zelandia, las Conferencias Comunitarias en Australia, los Paneles Juveniles en
Inglaterra y Estados Unidos, y los Círculos Comunitarios en Canadá.
3.
Derechos del imputado.
Convención americana
sobre derechos humanos.
Artículo 7. Derecho a la Libertad Personal.
1. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la
seguridad personal.
2. Nadie puede ser privado de su libertad física,
salvo por las causas y en las condiciones fijadas de antemano .Por las
Constituciones Políticas de los Estados Partes o por las leyes dictadas
conforme a ellas.
3. Nadie puede ser sometido a detención o
encarcelamiento arbitrarios.
4. Toda persona detenida o retenida debe ser informada
de las razones de su detención y notificada, sin demora, del cargo o cargos
formulados contra ella.
5. Toda persona detenida o retenida debe ser llevada,
sin demora, ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer
funciones judiciales y tendrá derecho a ser juzgada dentro de un plazo razonable
o a ser puesta en libertad, sin perjuicio de que continúe el proceso. Su
libertad podrá estar condicionada a garantías que aseguren su comparecencia en
el juicio.
6. Toda persona privada de libertad tiene derecho a
recurrir ante un juez o tribunal competente, a fin de que éste decida, sin
demora, sobre la legalidad de su arresto o detención y ordene su libertad si el
arresto o la detención fueran ilegales.
En los Estados Partes cuyas leyes prevén que toda persona que se viera
amenazada de ser privada de su libertad tiene derecho a recurrir a un juez o
tribunal competente a fin de que éste decida sobre la legalidad de tal amenaza,
dicho recurso no puede ser restringido ni abolido. Los recursos podrán interponerse por sí o por
otra persona.
7. Nadie será detenido por deudas. Este principio no
limita los mandatos de autoridad judicial competente dictados por
incumplimientos de deberes alimentarios.
Artículo 8. Garantías
Judiciales.
1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las
debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley,
en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para
la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal
o de cualquier otro carácter.
2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a
que se presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su
culpabilidad. Durante el proceso, toda
persona tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas:
a) derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente
por el traductor o intérprete, si no comprende o no habla el idioma del juzgado
o tribunal;
b) comunicación previa y detallada al inculpado de la
acusación formulada;
c) concesión al inculpado del tiempo y de los medios
adecuados para la preparación de su defensa;
d) derecho del inculpado de defenderse personalmente o
de ser asistido por un defensor de su elección y de comunicarse libre y
privadamente con su defensor;
e) derecho irrenunciable de ser asistido por un
defensor proporcionado por el Estado, remunerado o no según la legislación
interna, si el inculpado no se defendiere por sí mismo ni nombrare defensor
dentro del plazo establecido por la ley;
f) derecho de la defensa de interrogar a los testigos
presentes en el tribunal y de obtener la comparecencia, como testigos o
peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los hechos;
g) derecho a no ser obligado a declarar contra sí
mismo ni a declararse culpable, y h) derecho de recurrir del fallo ante juez o
tribunal superior.
3. La confesión del inculpado solamente es válida si
es hecha sin coacción de ninguna naturaleza.
4. El inculpado absuelto por una sentencia firme no
podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos hechos.
5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que
sea necesario para preservar los intereses de la justicia.
Artículo 9. Principio de Legalidad y de Retroactividad.
Nadie puede ser condenado por acciones u omisiones que
en el momento de cometerse no fueran delictivos según el derecho
aplicable. Tampoco se puede imponer pena
más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito. Si con posterioridad a la comisión del delito
la ley dispone la imposición de una pena más leve, el delincuente se
beneficiará de ello.
Artículo 10. Derecho a
Indemnización.
Toda persona tiene derecho a ser indemnizada conforme
a la ley en caso de haber sido condenada en sentencia firme por error judicial.
Artículo 11. Protección de la Honra y de la Dignidad.
1. Toda persona tiene derecho al respeto de su honra y
al reconocimiento de su dignidad.
2. Nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o
abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en su correspondencia,
ni de ataques ilegales a su honra o reputación.
3. Toda persona tiene derecho a la protección de la
ley contra esas injerencias o esos ataques.
Artículo 24. Igualdad ante la Ley.
Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen derecho, sin
discriminación, a igual protección de la ley.
Artículo 25. Protección Judicial.
1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y
rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales
competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales
reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando
tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus
funciones oficiales.
2. Los Estados Partes se comprometen:
a) a garantizar que la autoridad competente prevista
por el sistema legal del Estado decidirá sobre los derechos de toda persona que
interponga tal recurso;
b) a desarrollar las posibilidades de recurso
judicial, y
c) a garantizar el cumplimiento, por las autoridades
competentes, de toda decisión en que se haya estimado procedente el recurso.
Constitución de la
República de 1982.
ARTÍCULO 60.- Todos los hombres nacen libres e iguales en derechos.
En Honduras no hay clases privilegiadas. Todos los hondureños son iguales ante
la Ley.
Se declara punible toda discriminación por motivo de
sexo, raza, clase y cualquier otra lesiva a la dignidad humana.
La Ley establecerá los delitos y sanciones para el
infractor de este precepto.
ARTÍCULO 68.- Toda persona tiene derecho a que se respete su
integridad física, psíquica y moral.
Nadie debe ser sometido a torturas, ni penas o tratos
crueles, inhumanos o degradantes.
Toda persona privada de libertad será tratada con el
respeto debido a la dignidad inherente al ser humano.
ARTICULO 69.- La libertad personal es inviolable y sólo con arreglo
a las leyes podrá ser restringida o suspendida temporalmente.
ARTÍCULO 71.- Ninguna persona puede ser detenida ni incomunicada por
más de veinticuatro horas, sin ser puesta a la orden de autoridad competente
para su juzgamiento.
La detención judicial para inquirir no podrá exceder
de seis días contados desde el momento en que se produzca la misma.
ARTÍCULO 76.- Se garantiza el derecho al honor, a la intimidad
personal, familiar y a la propia imagen.
ARTÍCULO 82.- El derecho de defensa es inviolable.
Los habitantes de la República tienen libre acceso a
los tribunales para ejercitar sus acciones en la forma que señalan las leyes.
ARTICULO 84.- Nadie podrá ser arrestado o detenido sino en virtud de mandato
escrito de autoridad competente, expedido con las formalidades legales y por
motivo previamente establecido en la Ley.
No obstante, el delincuente in-fraganti puede ser
aprehendido por cualquier persona para el único efecto de entregarlo a la
autoridad.
El arrestado o detenido debe ser informado en el acto
y con toda claridad de sus derechos y de los hechos que se le imputan; y
además, la autoridad de be permitirle comunicar su detención a un pariente o
persona de su elección.
ARTICULO 85.- Ninguna persona puede ser detenida o presa sino en los
lugares que determine la Ley.
ARTÍCULO 86.- Toda persona sometida a juicio, que se encuentre
detenida, tiene derecho a permanecer separada de quienes hubieren sido condenados
por sentencia judicial.
ARTÍCULO 88.- No se ejercerá violencia ni coacción de ninguna clase
sobre las personas para forzarlas o declarar.
Nadie puede ser obligado en asunto-penal,
disciplinario o de policía, a declarar contra sí mismo, contra su cónyuge o
compañero de hogar, no contra sus parientes dentro del cuarto grado de
consanguinidad o segundo de afinidad.
Sólo hará prueba la declaración rendida ante juez
competente.
Toda declaración obtenida con infracción de
cualesquiera de estas disposiciones, es nula y los responsables incurrirán en
las penas que establezca la ley.
ARTÍCULO 89.- Toda persona es inocente mientras no se haya declarado
su responsabilidad por autoridad competente.
ARTÍCULO 90.- Nadie puede ser juzgado sino por juez o tribunal
competente con las formalidades, derechos y garantías que la Ley establece.
Se reconoce el fuero de guerra para los delitos y
faltas de orden militar. En ningún caso los tribunales militares podrán
extender su jurisdicción sobre personas que no estén en servicio activo en las
Fuerzas Armadas.
ARTÍCULO 92.- No podrá proveerse auto de prisión sin que proceda
plena de haberse cometido un crimen o simple delito que merezca la pena de
privación de la libertad, y sin que resulte indicio racional de quien sea su
autor.
En la misma forma se hará la declaratoria de reo.
ARTICULO 93.- Aún con auto de prisión, ninguna persona puede ser
llevada a la cárcel ni detenida en ella, si otorga caución suficiente de
conformidad con la Ley.
ARTÍCULO 94.- A nadie se impondrá pena alguna sin haber sido oído y
vencido en juicio, y sin que le haya sido impuesta por resolución ejecutoriada
de Juez o autoridad competente.
En los casos de apremio y otras medidas de igual
naturaleza en materia civil o laboral, así como en los de multa o arresto en
materia de policía, siempre deberá ser oído el afectado.
ARTICULO 95.- Ninguna persona será sancionada con penas no
establecida previamente en la Ley, ni podrá ser juzgada otra vez por los mismos
hechos punibles que motivaron anteriores enjuiciamientos.
ARTICULO 96.- La Ley no tiene efecto retroactivo, excepto en materia
penal cuando la nueva ley favorezca al delincuente o procesado.
Código Procesal Penal.
ARTICULO 1.- Juicio Previo. Ninguna
persona podrá ser condenada a una pena ni
Sometida a una medida de
seguridad, sino en virtud de sentencia firme dictada por el órgano
jurisdiccional competente, después de haberse probado los hechos en un juicio oral
y público llevado a cabo conforme los principios establecidos en la Constitución
de la República, los Tratados Internacionales de los cuales Honduras forma
parte y el presente Código y con respeto estricto de los derechos del imputado.
ARTICULO 2.-Estado de Inocencia. Todo
imputado será considerado y tratado como inocente mientras no se declare su
culpabilidad por el órgano jurisdiccional competente de conformidad con las
normas de este Código.
En consecuencia, hasta esa declaratoria, ninguna
autoridad podrá tener a una persona como culpable ni presentarla como tal ante
terceros. Por consiguiente, lo que informe, se limitará a poner de manifiesto
la sospecha que pende sobre la misma.
La violación a lo dispuesto en el párrafo anterior
obligará a los responsables a indemnizar a la víctima por los perjuicios
causados, los que serán exigibles en juicio civil ordinario, sin perjuicio de
la responsabilidad penal o administrativa que proceda.
ARTICULO 3.- Respeto de la Dignidad y
de la libertad. Los imputados tienen derecho a ser tratados con el respeto
debido a todo ser humano y a que se respete su libertad personal. La
restricción de ésta, mientras dure el proceso, sólo se decretará en los casos previstos
en el presente Código.
ARTÍCULO 4.- Principio de
Contradicción. Salvo que el presente Código señale otro procedimiento, el juicio
será oral y público y en él regirá el principio de contradicción.
Tanto el imputado como su
Defensor, tendrán derecho a presentar los elementos probatorios de que
dispongan en cualquier etapa del proceso, incluso durante la investigación
preliminar. En este último caso lo harán ante el Fiscal a cuyo cargo se encuentre
la investigación.
ARTÍCULO 101.- Las personas Imputadas y
sus Derechos. Se considerará imputada toda persona a quien, en virtud de
querella o por requerimiento Fiscal, se atribuya participación en la comisión
de un delito o falta ante los órganos encargados de la persecución penal, ya se
encuentre detenido o en libertad; o que haya sido privada cautelarmente de
libertad en virtud de aprehensión, detención o prisión preventivas; como tal, a
partir de ese momento, podrá ejercer todos los derechos que la Constitución de
la República, los tratados o convenios internacionales y este Código le
reconocen, desde el primer acto del procedimiento hasta su finalización.
A toda persona imputada se le garantiza su defensa.
Tendrá derecho, en consecuencia, a:
1) Que la correspondiente autoridad le indique en el
acto en forma clara y precisa, cuáles son los hechos constitutivos de delito
que se le atribuyen;
2) Que se le permita comunicar de manera inmediata el
hecho de su detención y el lugar en que se encuentra detenida, a la persona
natural o jurídica que él desee. Si la persona natural o jurídica destinataria
de la comunicación se encontrare fuera del territorio de la República de
Honduras, el hecho de la detención y el lugar en que se encuentre la persona
detenida se pondrán en conocimiento de la representación diplomática o consular
correspondiente. En defecto de todos ellos, la información se dará al
Comisionado Nacional de los Derechos Humanos. La persona detenida podrá
realizar por sí misma dicha comunicación, salvo que se haya decretado la
secretividad de la investigación, en cuyo caso, lo hará la autoridad o funcionario
a cuya disposición se encuentre dicha persona.
3) Ser asistida, desde que sea detenida o llamada a
prestar declaración, por un Profesional del Derecho. Este podrá ser designado
por la persona detenida o por su cónyuge o compañero de hogar o por un pariente
dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad. Si las
personas mencionadas no designan Defensor, cumplirá esta función el Defensor
Público que el órgano jurisdiccional designe y, de no haberlo en la localidad,
el Defensor de oficio que también designará el órgano jurisdiccional;
4) A entrevistarse privadamente con su Defensor desde
el inicio de su detención, incluso en la Policía Nacional y antes de prestar
declaración, si así lo desea;
5) A abstenerse de formular cualquier declaración sin
que esta decisión sea utilizada en su perjuicio y si acepta hacerlo, a que su
Defensor esté presente al momento de rendirla, lo mismo que en cualquier otra
diligencia en que se requiera la presencia del imputado;
6) A que no se empleen en su contra, medios que de
cualquier modo lastimen su dignidad personal;
7) A no ser sometida a técnicas o métodos que alteren
sus capacidades de conocimiento y comprensión del alcance de sus actos o su
libre voluntad, tales como: Malos tratos, amenazas, violencia corporal o
psíquica, torturas, aplicación de psicofármacos, hipnosis y polígrafo o
detector de mentiras;
8) A que no se empleen medios que impidan su movilidad
durante la realización de las actuaciones procesales. Este derecho se entenderá
sin perjuicio de las medidas de vigilancia que en casos especiales y según el
criterio del Juez o del Ministerio Público, sean necesarias;
9) A ser asistida por un intérprete o traductor si no
conoce el idioma español, sea sordomudo que no pueda darse a entender por
escrito o que por cualquier causa no pueda expresarse;
10) A estar presente, con su Defensor, en todos los
actos que impliquen elementos de prueba, salvo en los casos en que el presente
Código disponga lo contrario; y
11) A requerir al Ministerio Público para que
practique algún acto de investigación que interese a su defensa, y que no haya
sido dispuesto por aquél. En este caso, el Ministerio Público resolverá
motivadamente lo que estime oportuno en el plazo de veinticuatro (24) horas. Si
denegare la práctica de la actuación requerida, el Defensor de la persona
imputada, podrá solicitar al Juez de Letras competente que ordene su ejecución
y, este, en el plazo de cuarenta y ocho (48) horas, decidirá lo conveniente. Si
estima procedente dicha actuación, ordenará al Ministerio Público que disponga
su práctica.
La persona que sea objeto de investigación por el
Ministerio Público, aunque no tenga la condición de imputada, tendrá derecho a
presentarse, en su caso, con o sin Profesional del Derecho que lo asista, ante
el Ministerio Público para que se le informe sobre los hechos que se le atribuyen
y para que se le escuche.
La Policía Nacional, el Ministerio Público y los
jueces, harán saber, de manera inmediata y comprensible, a la persona imputada
o a la que, sin serlo aún, pero siendo objeto de investigación por el
Ministerio Público, comparezca ante este para ser oída, todos los derechos a
que el presente Artículo se refiere, lo cual se hará constar en acta que deberá
ser firmada por la persona que ha comparecido o consignarse su negativa. La
infracción de este Artículo hará que la detención sea considerada ilegal,
solamente para los efectos de la responsabilidad penal.
ARTÍCULO 105.- Incapacidad
Sobreviniente del Imputado. Cuando por causa sobreviniente al hecho
supuestamente delictivo, el imputado no se encuentra en condiciones de participar
conscientemente en el proceso, por alteración de su capacidad de comprensión de
los actos que en él haya de realizarse, o de actuar conforme a ese entendimiento,
se suspenderá la tramitación de aquél hasta que recupere la capacidad.
Sin embargo, a instancia de parte, el Juez podrá
disponer la práctica de las actuaciones de investigación que corran grave
peligro de frustrarse por la demora consiguiente a la suspensión.
Si hubiere varios imputados, el procedimiento
continuará con respecto a los capaces.
La incapacidad deberá ser declarada por el órgano
jurisdiccional competente, de oficio, oyendo a las partes, o a instancia de
alguna de éstas.
Los actos procesales realizados por los incapaces a que
se refiere este Artículo, no producirán efecto alguno.
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